En el año 2012, mi esposo y yo tomamos la desición de tener hijos. En el proceso de intentar quedar embarazada los doctores no aseguraban que pudiera quedarlo, menos aún lo recomendaban, ya que decían que mi cuerpo no lo aguantaría. En medio de todo, tuve paz y me aferre a la idea de poder adoptar. Luego del tiempo, Dios habló y dijo que iba a ser madre por medio de la vida que iba a surgir de mi vientre. Dos 'semillas' fueron sembradas, la palabra de los doctores diciendo "no se puede" y la palabra de Dios diciendo "sí, YO lo haré". Creyendo en Fe tomé la desición de confiar en la palabra de mi Padre Eterno. Al año siguiente, ya estaba embarazada de mi primer hijo.
Antes, durante y luego de mi embarazo Dios mostró Su gran poder, y milagros maravillosos se manifestaron en mi cuerpo; desde quedar embarazada, de como había sido estabilizada mi condición médica durante el embarazo, hasta como luego de dar a luz, mi niño no mostró evidencia alguna de enfermedad en su cuerpo.
La espera en ver el milagro se volvía aveces en gran desespero, sentía que mi alma se cansaba y me entristecía. Pero el Espíritu Santo en mí me daba paz, trayendo a mi memoria lo que Dios ya había hablado. Mi debilidad se hacía fuerte en Él y mi Fe se alimentaba en Su palabra fiel. Lo que Dios ha hecho en mi vida impulsan con amor y libertad mi canto a Él expresando cuán Fiel ha sido conmigo.